Éste como todos los temas que tocamos podría darnos para mucho, pero vamos a resumir un poco.
Todo en exceso, se nos va de las manos, ésto no será menos.
La fama real, de los personajes célebres que nos presentan la televisión, el cine y ahora estos nuevos medios online, pueden acarrear serios problemas.
¿Por qué?
Porque llegan a un abanico demasiado amplio de edades y de contextos, pero no siempre calan de igual manera.
Toda la repercusión mediática que tienen estos "celebrities" no ensalzan valores muy positivos, arrastrando a muchos, en modas o modelos que no son los más adecuados. Sobre todo si nos fijamos en algunas de las etapas más vulnerables como son la infancia y adolescencia.
No solo anhelan ser tan adorados como sus cantantes o actores favoritos, sino que los imitan y los idolatran.
En estos tiempos, hay algo más peligroso aún, ser "aparentemente famoso" está en su mano y a un coste que irónicamente parece muy bajo. Intentan tener la fama a toda costa pudiendo acceder a la masa desde su propia casa.
Son muchos los ejemplos de famosos a través de las redes, personas que gustan ("influencer") y que hacen cosas que realmente atraen a muchos (los conocidos como seguidores o "followers")
Esta fama fugaz, en la que hoy gusta y mañana aburre, en esta sociedad del cambio constante, trae consecuencias nefastas. Muchos famosos fugaces relatan los daños de estas luchas por ser los mejores, de esta competitividad y obsesión por ser más que otros, por el elogio constante.
No solo llega a etapas tan frágiles como las comentadas, sino que vemos a adultos haciendo de todo con tal de conseguir más seguidores o más me gusta en sus páginas.
Es cierto, que también conlleva un enlace a lo económico, a rentabilizar algo que sabemos hacer, a ganar incluso dinero con ello. Algo que si lo sumamos se convierte en doblemente peligroso, llenando el ego y el bolsillo, podemos perdernos en el camino.
¿Qué podemos hacer con todo esto?
Como familiares y docentes, educar en la realidad y en todas las consecuencias de la fama, valorar y premiar a los que realmente realizan un trabajo digno de admirar y que con esfuerzo y sacrificio consiguen sus metas.
Como usuarios, utilizar estos medios de forma sensata. Esto no quiere decir que no pongamos "morritos", nos hagamos todas las "selfies" o fotos que queramos, ni compartamos con los demás nuestro lado personal, pero sí que mantengamos la cordura, utilicemos estos medios como herramientas útiles, con fines de aprendizaje, diversión y lugares de intercambio, crecimiento profesional y personal, alejados de adicciones que pueden llevar a serios trastornos.
La autoestima y el ego tienen que alimentarse con nuestro amor propio, sin necesidad de lo que nos digan los otros.
Personalmente, me gusta mucho utilizar la red para aprender de vosotros sin juzgar ninguna de vuestras vidas, porque sé que hay que saber mucho de alguien para entender todo lo que hace en cada momento.
He visto personas que cambian radicalmente de un día a otro, múltiples usos de las redes, desde los ausentes a los demasiado presentes.
Etapas, momentos... Incluso me ha gustado experimentar con los distintos roles. En mi caso lo utilizo siempre que puedo para exponer temas que considero pedagógicos por algún motivo, que puedan servirme a mí, a cierta parte de los lectores o a nadie, independientemente de los comentarios, visitas y "me gustas".
También suelo compartir recursos con familias y docentes. Por supuesto, comparto una parte de mí, lo entiendo como medio de entretenimiento y diversión. Siempre intentando tener un equilibrio, que no es tarea fácil.
No me obsesiona, creo que me ha traído cosas positivas, mucho aprendizaje y reconocimiento profesional.
Eso es lo que creo que debemos inculcar a nuestros pequeños y mayores, que el trabajo supone esfuerzo y que uno debe valorarse mucho y trabajar duro, independientemente de la valoración de los demás. Que también deberemos escuchar a los otros, como críticas constructivas y no como píldoras para creernos más ni menos que nadie.
Todos somos muy válidos, que los medios no te hagan perder la cabeza, ni eres menos ni eres más. Tenemos que comprender que esta vida no siempre es muy equitativa. Esperemos que con esfuerzo consigamos que un trabajador sea más admirado que un personaje de televisión.
Buenas vacaciones amigos.