Tenía pendiente escribir en el blog sobre este tema :) y dada la fecha en la que estamos y que a muchos de vosotros/as os preocupa, vamos a ello.
Ya hay ríos de tinta digital sobre el tema, voy a intentar dar mi visión personal :)
Durante más de cuatro años estuve colaborando con familias en este gran momento evolutivo y cambiando a muchos pequeños/as de arriba abajo.
Os puedo asegurar que no hay dos controles de esfínteres iguales y que siempre que pensaba que unos controlarían genial y a otros les costaría, me equivocaba :D
A veces lo queremos anticipar demasiado, otras retrasarlo (por miedo, falta de tiempo...) y otras consultar mil guías que nos den la respuesta correcta.
Cada persona es un mundo, está muy bien que busquemos información, así podremos tomar buenas decisiones, pero las decisiones siempre las tomará uno mismo.
Los especialistas y los libros guían, orientan, pero el último criterio lo tiene cada persona y su situación. Donde más información debemos buscar es en vuestros hijos e hijas.
¿Están preparados?
¿Y eso cómo lo sé?
Hay que observarles, hablar con ellos desde que nacen como si fueran personas (¡qué es lo que son!). Vienen dificultados porque están en formación, pero dejemos de mirar sus límites y fijémonos en todo lo que pueden hacer.
Se trata de cargar de naturalidad las situaciones, de no frustrarse cuando los niños y niñas comienzan a decir NO (es una etapa normal que tienen que pasar y el control de esfínter suele coincidir con la etapa famosa de las rabietas, el chupe, otro hermanito...).
Hay que comenzar poco a poco (y si podemos, no todo a la vez).
A veces no nos damos cuenta de que para lo que realmente no están preparados es para los cambios bruscos y porque sí. Nunca han oído hablar de un váter y sin más un día su familia le dice: ya eres mayor (un concepto que no va a entender mucho así a secas :D) y zasca, les quitan el pañal les ponen en un recipiente (orinal) mira qué bonito o en un adaptador (en el mejor de los casos) o en un frio váter con un gran agujero que quiere tragarle, y le dicen mira cómo sale agüita de la cadena (ruido espantoso, este bicho definitivamente va a comerme).
Entonces ¿qué hacemos? Pues adaptaros a vuestras circunstancias (qué bonita frase... ¡¡¡QUÉ QUIERE DECIR!!!!)
Primero ¿qué edad tienen?
No es lo mismo tomar la decisión con un año y medio, que el esfínter está recien preparado para que lo pongamos en marcha, a con 3 años que ya el esfínter está aburrido de esperar ¿Hay que preocuparse por la edad? No, cada niño/a tiene su ritmo. Pero...
Que tengan su ritmo no quiere decir que no tengamos que hacer nada, ni que a la primera digamos, es que el niño/a dice que no, entonces no está preparado. Una cosa es que dialoguemos con ellos, y otra muy distinta es que olvidemos su edad y tooodo lo que le rodea ¿realmente queréis quitárselo? ¿encontráis apoyo? ¿tenéis tiempo? ¿vuestro hijo/a está en la etapa del no?... Si vamos poquito a poco con paciencia y confianza, avanzamos :)
Vamos a pasar por algunos momentos como:
ANTICIPAR: A modo de juego se comienza desde pequeños a preguntarle y hacerle consciente del mundo relacionado con su higiene, la hora del baño y del cambio es un buen momento.
- Hablar de su pañal, si está seco o no, si han hecho pipí o caca.
- Dar protagonismo, que sean ellos quien lo digan (no lo dirá ni a la primera ni a la décima PACIENCIA).
- Si no lo dice pueden ir participando (pues tráeme el pañal que vamos a cambiarnos, qué más necesitamos: crema, toallitas...)
TOMA DE CONTACTO: Aun negando evidencias (pero tú te has hecho... NOOOOOOOOO), desde bien pequeñitos, podemos ponerles en contacto con el orinal o váter. Yo soy más de adaptadores para el váter, aunque sé que los hay muy malos, para mi los orinales son una subetapa que nos podemos saltar (pero estoy de acuerdo que dan mucho juego y todo lo que sea juego será esencial). Además de que están adaptados a su tamaño :). Y conozco bastantes experiencias que han ido bien con ambos. Así que, es una decisión personal :)
Hay que explicarles para qué sirve, pero no estar todo el día detrás de ellos con el orinal en mano, ni mostrando lo bien que lo hace mamá, papá, los hermanos... No está mal puntualmente, pero no hay que agobiar.
Si buscamos un momento del día como rutina, en que todos los días se explique de forma puntual, como un cuento, juego, veremos sus avances. Lo pueden hacer suyo, decorándolo (el váter u orinal), etc.
LLEGÓ EL MOMENTO;
Tenemos que estar preparados para lo que viene. LA DECISIÓN, el paso al calzoncillo y la braguita.
Podemos tener suerte y que haya pocos escapes o que tengamos que recoger unos pocos, aquí la paciencia es muy importante, porque es mejor un poco más tarde que volver atrás cuando hemos tomado la decisión (ya os digo que dependerá mucho de la situación, que tengo que ver de quién estamos hablando :), ya sabéis que no soy nada de recetas iguales para todos :) y que no pasa nada por volver, pero que tendremos que observar mucho qué está pasando. Muchas veces es cuestión de que nos mentalicemos de que vamos a tener que tener mucha calma y delicadeza con sus escapes, que se mojará o se pondrá de caca perdido, pero ante todo:
- NO ENFADARSE CON LOS ESCAPES;
- NO COMPARAR;
- Y AYUDARNOS DE LOS TRUCOS:
Los trucos son LA OBSERVACIÓN de cuándo suele hacer pipi o caca. Al principio hay tener en casa tiempo para que cada 10 a 60 minutos (dependerá de la frecuencia de pipís, agua que tomen, edad...) juguemos a VAMOS A HACER PIPÍ :)
Todo lo obligado suele ser rechazado por ellos, así que hay que jugar e inventar para que lo sientan como algo divertido. Aquí la imaginación es importante (cuando nos pasemos por el váter y terminemos de hacer pipi, vamos a coger un pedacito de papel y dibujamos algo en él.
Ellos se ilusionan con pequeñas cosas (no hace falta que le prometamos cosas materiales, con nuestros abrazos y besos se sentirán mucho mejor :)
Las caras o posiciones sospechosas, que indican claramente lo que va a suceder, a veces los cogemos a tiempo y como resultado tenemos que lo hacen en el váter, otras producen estreñimiento, porque les cortamos un poco o porque la presión que siente les hace estar contenidos todo el tiempo.
La noche es diferente, hay familias que decidís quitarlo día y noche, otras que dejáis por la noche el pañal hasta que lo controlen de día. No pasa nada por dejarlo (se les explica que por la noche están dormidos y a veces no se dan cuenta), poco a poco, poniéndolos antes de dormir, en cuanto se despiertan (e incluso a medianoche) lo irán consiguiendo, y nosotros viendo que se despiertan con el pañal seco.
Es un hito importante, que conseguirán con naturalidad, juego, paciencia, sobre todo poniéndonos en su lugar. No os agobiéis, porque las sensaciones se trasmiten fácilmente y generan mucha ansiedad, rechazo, frustración (en ellos y en vosotros).
Podría hablaros de muchas anécdotas de este tema, situaciones en la que veriais claramente que la orientación que sirve a un niño/a y su familia, no sirve a otras. Es algo que comprobáis vosotros/as mismos cuando tenéis varios hijos/as. Por eso, podéis contarnos vuestro caso y os intentaré ayudar en la medida de lo posible, porque esas historias compartidas son las que nos hacer crecer como personas, comprobando que los caminos los contruimos entre todos. Espero que os haya servido de algo la nuestra.
Os dejo algunos enlaces
De las maravillosas:
SOMOS MÚLTIPLES
MI MAMÁ ES PSICÓLOGA
ALGUNOS VIDEOS DIVERTIDOS:
EN JAPONéS :D Y UN VIDEO DE CHARHADAS TV QUE RESUME LO QUE HEMOS DICHO.
LA MAMÁ DE NICO NOS DEJA ESTA CANCIÓN ;)