Hoy nos extenderemos un poco más, para dejaros un artículo que escribí para el centro de educación infantil donde comencé mis primeros pasos docentes y del que guardo un bonito recuerdo.
El tema central son los conflictos en la primera infancia. A muchas familias os preocupan y como siempre espero que os sirva de ayuda.
¿Cómo empezar?… Conflictos,
disputas, llantos, peleas,desencuentros… Cómo tratar algo tan
habitual y tan cotidiano en los niños/as. Algo tan inmerso en su mundo,
entre sus iguales, y los adultos que le rodean.
Pero, ¿por qué surgen?
Los niños y niñas de 0 a 6 años,
comienzan a descubrir todo un mundo de sensaciones, de acciones, interacciones,
afectos. Vienen determinados para ello (se mueven, ven, oyen, sienten…), pero
nadie les enseñó a vivir, ni pudieron aprender solos en tan poco tiempo.
Necesitan modelos que
imitar (ejemplos constantes), y también situaciones que les permitan entender
por sí mismos (tienen que ensayar y errar muchas veces, para aprender cuál es el
más gratificante y mejor camino).
Las causas principales
suelen ser:
De carácter interno:
§
Dificultad para regular sus necesidades e
intereses (saben lo que quieren y lo demandan. A veces, sin saber cuál es
el modo más adecuado)
§
Egocentrismo (todo lo ve desde su propio
punto de vista, sin ponerse en lugar de otro)
§
Temperamento (hay niños/as con un
carácter más propenso a los conflictos).
De carácter externo:
§
Pautas y estereotipos culturales (Lo que
está bien o mal visto socialmente)
§
Actitud y actuación de adultos (agrado,
desagrado)
§
Ambiente familiar y estilo de padres (más
permisivos, autoritarios, propensos al diálogo…).
¿Qué influye?...
La edad, el niño, los agentes que
intervengan en el conflicto (padre, madre, compañeros, maestro…), la situación
en sí (un objeto, negación, repuesta agresiva, competitividad, violación de
normas,…).
Como vemos son muchos los
factores que van a intervenir. Lo que lo hace un tema complejo y extenso.
Nos vamos a situar en las edades y
el día a día de un centro de infantil de 0 a 3 años.
Lo principal es entender que son
inevitables. Pasan de ser breves y frecuentes, a más duraderos y menos
habituales.
Al principio interviene más lo
físico (bocados, empujones, tirar de los pelos…) y más tarde, lo verbal
(gritos, insultos, no querer ser amigos…).
Podemos diferenciar de 0 a 1 año, de 1 a 2, y de 2 a 3:
0-1: Dependencia:
Por lo general, aún no distinguen
entre él y los demás. Forman vínculos especiales con sus cuidadores (relación
de dependencia), todo gira en torno a sus necesidades primarias
(alimentación, descanso, higiene, afecto).
Cuando nuestros bebés están cerca
de otros, vemos indistintamente, que pueden tirar del pelo, mostrar alegría o
incluso subirse encima de otros como si fueran un cojín más del aula.
Conforme van descubriéndolo, se
disputarán los cuidados, los objetos,… Principalmente se desahogan a través del
llanto y se consuelan cuando obtienen lo que demandan (atención).
1-2: Diferenciación
Conocen poco a poco, que existen
otros niños. Es una etapa complicada, donde reinan los bocados, se desahogan a
través de lo físico, arañan, empujan… Necesitan exclusividad y disputan por
ella. No saben bien para qué sirve ese niño/a que está a su lado, sólo que les
quita cosas placenteras (atención, objetos…).
El diálogo es complicado. Por lo
tanto, habrá que ser pacientes, con normas claras y repetitivas.
Por supuesto, no hay que olvidar
que en situaciones donde influyen tantos factores, no podemos buscar una
respuesta única y hay que valorar la situación. ¡No hablamos de matemáticas!
2-3 Autoafirmación y diálogo:
Esta etapa es la más conflictiva.
Puede comenzar al año y medio. Nuestros niños y niñas quieren decir este soy,
aquí estoy, yo también decido… Quieren hacer cosas por sí mismos, sentir,
aprender, pero siempre anteponiendo sus intereses y necesidades a los de los
demás. En muchos momentos quieren, simplemente, decir NO.(La conocida como etapa de autoafirmación o rabietas, que generará múltiples conflictos sobre todo con los adultos: podemos ver más: http://creandyy.blogspot.com.es/2012/10/las-rabietas_9.html )
No sólo quieren, LO NECESITAN,
aún no saben bien quiénes son, y sólo las situaciones que vivan y la
información que les llegue, les ayudará a construirse como personas únicas.
Con sus iguales es
difícil llevarse bien. Se encuentran en la misma situación. Todos quieren ser
el primero, tener el objeto nuevo, hablar en primer lugar, ser los más
importantes, tener la atención del amigo especial, de la seño, de la mamá…
La solución es la misma, el
diálogo (del que podemos leer un poco más en: http://creandyy.blogspot.com.es/2012/10/dialogo.html ).
Aunque el ejemplo es nuestra
mejor arma. Y saber pedir perdón el mejor gesto de afecto y cariño, para
asumir los errores y aprender de ellos.
- ¿Qué le pasa a Pablo? ¡Ah! Está
enfadado porque quería sentarse al lado de su amigo.
- ¿A alguno de vosotros le ha
pasado alguna vez? ¿qué hicisteis? ¿Qué puede hacer Pablo?
Al final comprenden que hay
soluciones más agradables que el enfado y salen de ahí, para ponerlas en
marcha.
Si no existieran esos arañazos,
esos empujones, esos encuentros y desencuentros, no serían capaces de entender
que a nadie le gusta llorar, ni enfadarse, que se puede evitar y sobre todo
que también podemos ayudar al que se siente así, a estar mejor.
En definitiva, los
conflictos de nuestros niños y niñas son algo habitual, mejoran con la edad y
por supuesto no son una ciencia exacta, requieren mucho amor y paciencia.
Es gratificante cuando después de
decirles muchas veces cual es el camino más adecuado para ayudarse,
comprenderse y ser felices, optan por él, lo descubren por sí mismos y
excitados por comprobar la realidad que les anunciábamos quieren compartirlo
con nosotros.
- Mira seño, he esperado y Álvaro
me ha prestado el juguete.
- Seño le he dicho que no me
gusta que me peguen…
- Mira Candy, le he pedido por
favor que me deje sentarme al lado de mi amigo y me ha dejado.
- Seño, seño,
mira como abrazo a mi amigo…
En Educación infantil trabajamos
para que niños y niñas se conciencien de su realidad, que poco a poco vayan
adquiriendo los elementos esenciales de relación social y las pautas para la
convivencia armónica y pacífica, de forma cada vez más autónoma y reflexiva. Todo
esto quiere decir: que tenemos que ser pacientes con edades en la que los
impulsos priman, ayudarles a superar frustraciones diarias, dar la importancia
necesaria, con AFECTO, COMPRENSIÓN, ESCUCHA, (tienen que sentirse entendidos y ayudados),
poniendo a su disposición, los medios necesarios para que ellos mismos descubran
y elijan.
Nada servirá sin lo más
importante, el apoyo de las familias. Debe ser en cada una de vuestras casas de
donde partan estos principios. Nunca debemos olvidar, que nuestro papel de
especialistas, es un estímulo de múltiples aprendizajes, pero jamás sustitutivo
del pilar base: VOSOTROS.
Con este artículo espero haber
acercado un poco más la filosofía de la educación infantil y su importancia. Y
mostrar el trabajo que día a día realizamos en los centros de infantil para que todos
juntos sigamos creciendo.
No olvidéis como adultos, que educamos a nuestros hijos/as, pero es un aprendizaje conjunto, los adultos también tenemos conflictos y hemos de aprender a solucionarlos.
Hasta la próxima :)
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