Ya estamos de vuelta, sí, ha sido antes de lo previsto. Muchos ya sabiais que estaba preparando oposiciones porque soy interina con tiempo de servicio y las convocaron hace unos tres meses.
A pesar del poco tiempo, de las pocas plazas y de haber pasado ya por otras, como explicaba en la entrada "oposiciones", puse todo mi empeño (como en todo lo que hago). Mi objetivo estos meses ha sido ese y he ido poniendo los medios para llegar a él dentro de mi contexto.
Conozco más de una experiencia sobre este tema, llenas de matices que la hacen diferente (hijos, trabajo, enfermedades...) Por eso, siempre me gusta escuchar las vivencias de los demás, porque no sólo saco conclusiones de mi vida, sino de lo que vosotros vivís, cómo lo vivís, qué soluciones ponéis. No para compararme, sino para saber que en esta vida todo depende de lo que nos rodea y que cada cosa puede dar resultados muy variados.
En cuestión de un segundo, podemos por el mismo gesto, ante la misma persona, tomarnos una palabra como halago o como agravio. Una caída puede hacernos mucho daño o casi ningún rasguño y podemos perder el autobús o cogerlo justo a tiempo...
Y así es la vida, llena de momentos buenos y malos.
¿Eso quiere decir que no lloremos, que no nos apenemos o no nos frustremos?
No, porque entonces se quedará dentro de nosotros ese malestar por no haber conseguido lo que queríamos, nos sentiremos culpables y creeremos que no servimos para nada.
Entonces ¿qué hacemos? ¿decimos que nada importa? No.
Tenemos que evaluar lo que sentimos, lo ocurrido.
Hoy os pongo el ejemplo de mi prueba de oposición, pero podéis llevarla a cualquier experiencia similiar.
Yo he suspendido. Es la primera vez que suspendo unas oposiciones. Pero ¿me pongo a llorar desconsolada? ¿digo me da igual y sonrio como las locas?
No, me paro y repaso todo lo que he hecho, todo lo que ha ocurrido a mi alrededor ¿qué ha pasado? ¿cómo me siento? ¿se ha acabado el mundo? ¿me tiro a la basura, porque ya no sirvo de nada? Voy contestando todas esas preguntas y descubro cómo me siento y que lo único que ocurrió es que no conseguí un objetivo. Es inevitable que puedan aparecer sentimientos de tristeza o frustración, pero se aceptan y se pasan (esto dependiendo de la experiencia de la que hablemos será más o menos fácil). Como no se acaba el mundo toca marcarnos el siguiente objetivo en nuestra vida y seguir con alegría porque aún nos queda mucho por reir y llorar, pero, sobre todo, mucho por aprender.
Podéis pensar en vuestras propias experiencias y seguro que encontráis alguna que hayáis vivido de forma totalmente distinta, porque había muchas cosas que cambiaban a vuestro alrededor.
Aprendemos de todo y con todo. Como le decía hoy a @Yoriento en su red, en un artículo sobre la positividad, más que optimista o pesimista, hay que saber gestionar las emociones y llorar y reir siempre a partes iguales :) ¿Y si es difícil y no sabemos? APRENDEMOS :)
P.D: Hoy escribo una Post Data para el Señor Wert (ministro de educación en España).
Señor José Ignacio Wert:
Dadas sus polémicas declaraciones, me gustaría decirle que una nota es sólo un hito académico en el camino de un estudiante, que no determina sus competencias personales y profesionales. El error es lo que más hace crecer y superarse al ser humano. No dejamos de aprender durante toda la vida. Todavía hay salvación para usted. La educación de un país no debería estar en manos de responsables de estado que evidencian en sus palabras carecer de las bases elementales de la pedagogía.
Todo esto desde el respeto y mi humilde visión.
Saludos.
miércoles, 3 de julio de 2013
miércoles, 26 de junio de 2013
¿PEDAQUÉ?
Escribí esta entrada hace tiempo y no pensaba abrir el blog hasta dentro de unas semanas, pero como hoy es el día del pedagogo/a o al menos eso he visto en la red, la comparto. Espero que os guste :)
Nos detenemos un ratito para hablar de algo que me gustaría explicar un poco. Nos vamos a poner más técnicos, pero intentaré no pasarme :)
¿Qué es un pedagogo/a?
Las ciencias sociales tienen un lastre muy grande "son recientes", han sido muy mal miradas y no tienen instrumentos tan fiables como las ciencias exactas, pero, poco a poco se va demostrando su importancia en la combinación con todas las demás, porque si quitamos trozos a un objeto queda incompleto y eso es lo que aportan estas ciencias, globalidad, sentido y significado.
Aún así, sigue habiendo mucho desconocimiento de estas ciencias y más aún de algunas profesiones como la de los pedagogos/as. En la propia carrera se estudia esta situación de desconocimiento, de dificultad de consensos, del poco interés que suscita algo que se desconoce...
Yo no voy a contaros tratados sobre la pedagogía, sólo quería acercaros la amplitud que tiene esta profesión, todos los ámbitos que abarca y permitir que entendáis que muchos pedagogos/as están especializados, al igual que un doctor lo puede estar en cardiología u oftalmología.
Habitualmente, si digo que soy maestra nadie duda ni por un segundo, pero si explico que soy pedagoga, empieza la confusión. Creen que me dedico a niños/as con necesidades educativas especiales o a la psicología, a la filosofía y otras tantas cosas...
Esto no es preocupante. El desconocimiento o que no compartan los mismos principios que uno tiene, no es una barbaridad, ni un motivo de echarse las manos a la cabeza. Esta profesión te enseña que no lo puedes conocer todo, ni estar siempre de acuerdo. Gracias a ello surgen los conflictos y el aprendizaje, que son los motores de nuestra profesión.
Por eso, me gusta compartir y no para meter conocimientos en la cabeza de nadie, sino ofrecer un abanico nuevo de opciones para los demás y para mi.
Ese es el truco, COMPARTIR ( ya sabéis que esta palabra me encanta :). Entre todos valoraremos las mejores opciones, las que funcionan y las que no lo hacen.
A mi me gusta llamar a los pedagogos, los reflexivos, porque las funciones principales del pedagogo/a son observar dificultades, contradicciones, carencias, necesidades y poner medios para intervenir hacia la mejora.
Pero la intervención es muy amplia, puede intevenir en familias, en empresas, en centros educativos, en casos particulares, en dificultades de aprendizaje,...
Para ello tenemos que saber detectar, diagnosticar, no ser alarmistas, derivar a otros especialistas, tratar con las personas, ser expertos en el diálogo, en el manejo de emociones, en la resolución de conflictos, en creatividad para las propuestas innovadoras y en la coordinación de grupos.
Tenemos que saber adaptarnos a cada situación y a cada persona, ser empáticos (ponernos en lugar de otro) y asertivos (no perder nuestro propio lugar).
El pedagogo es un profesional de la educación en todos sus ámbitos (formación de empresas, de profesorado, centros educativos, evaluación de sistemas...)
EL PROBLEMA: En las ciencias sociales, en la educación, todos sabemos actuar, evaluar, tener criterios y pensamientos propios de forma innata. Eso hace que los medios que manejan los especialistas sean adsequibles y que todos puedan reflexionar, decidir, planificar, opinar...
Por ello, muchas personas desconfían y no valoran esta profesión pensando que nadie les tiene que decir cómo comportarse, qué hacen bien, qué puntos podrían mejorar...
Pero el verdadero problema no es ese, sino confundir la intención. El pedagogo no nos viene a decir qué hacemos bien o mal, ni decide por nosotros. Estos especialistas vienen a ayudarnos, orientarnos, para que entre todos mejoremos, busquemos soluciones y crezcamos (incluido ellos).
El ser humano no está preparado en ocasiones para tambalear sus sistema de ideales que le aportan seguridad, para el cambio continuo ni para el manejo de emociones propias y ajenas.
Volviendo a la analogía con un doctor. Todos sabemos ponernos tiritas si nos cortamos, pero si tenemos un problema mayor acudimos a un especialista que nos orientará tras un estudio en posibles tratamientos y a veces tarda en encontrar la solución. Y el tratamiento nos lo suministraremos nosotros mismos u otros especialistas (según la gravedad) y siempre que queramos (normalmente solemos acceder porque confiamos en la medicina).
Pues al igual podremos escuchar a un pedagogo y poner en marchar algunas pautas u orientaciones, pero siempre bajo nuestro criterio propio, creyendo realmente en sus orientaciones y buscándolas. Porque si no respetamos algo y creemos que nos servirá, no lo hará y pensaremos que no sirve de nada.
Este último, es un principio muy importante en la pedagogía, el interés, la búsqueda y la demanda. Si alguien no quiere aprender no lo hará.
Debemos entender bien la figura de este profesional, porque ya estamos lejos de aquel docente que transmitía y volcaba conocimiento, que nos dirigía por un camino único. Hemos llegado a la era de la incertidumbre, del cambio y de la constante transformación, por lo que debemos entender que estas personas no vienen a darnos soluciones mágicas ni a castigar nuestros comportamientos, sino a entender cada situación y a tendernos su mano para que entre todos podamos vivir mejor y encontremos millones de caminos.
Aunque los pedagogos/as están adquiriendo cada vez más importancia, aún queda mucho por
recorrer, al igual que en todo lo que rodea a la educación (docentes, sistemas educativos, familias, alumnado, contenidos...).
Esperemos que pronto no haya que explicar esta profesión y a la respuesta de yo soy pedagogo/a no nos pregunten ¿pedaqué? :)
OS DEJO UN PAR DE VIDEOS BREVES Y QUE RESUMEN LO ESCRITO
Nos detenemos un ratito para hablar de algo que me gustaría explicar un poco. Nos vamos a poner más técnicos, pero intentaré no pasarme :)
¿Qué es un pedagogo/a?
Las ciencias sociales tienen un lastre muy grande "son recientes", han sido muy mal miradas y no tienen instrumentos tan fiables como las ciencias exactas, pero, poco a poco se va demostrando su importancia en la combinación con todas las demás, porque si quitamos trozos a un objeto queda incompleto y eso es lo que aportan estas ciencias, globalidad, sentido y significado.
Aún así, sigue habiendo mucho desconocimiento de estas ciencias y más aún de algunas profesiones como la de los pedagogos/as. En la propia carrera se estudia esta situación de desconocimiento, de dificultad de consensos, del poco interés que suscita algo que se desconoce...
Yo no voy a contaros tratados sobre la pedagogía, sólo quería acercaros la amplitud que tiene esta profesión, todos los ámbitos que abarca y permitir que entendáis que muchos pedagogos/as están especializados, al igual que un doctor lo puede estar en cardiología u oftalmología.
Habitualmente, si digo que soy maestra nadie duda ni por un segundo, pero si explico que soy pedagoga, empieza la confusión. Creen que me dedico a niños/as con necesidades educativas especiales o a la psicología, a la filosofía y otras tantas cosas...
Esto no es preocupante. El desconocimiento o que no compartan los mismos principios que uno tiene, no es una barbaridad, ni un motivo de echarse las manos a la cabeza. Esta profesión te enseña que no lo puedes conocer todo, ni estar siempre de acuerdo. Gracias a ello surgen los conflictos y el aprendizaje, que son los motores de nuestra profesión.
Por eso, me gusta compartir y no para meter conocimientos en la cabeza de nadie, sino ofrecer un abanico nuevo de opciones para los demás y para mi.
Ese es el truco, COMPARTIR ( ya sabéis que esta palabra me encanta :). Entre todos valoraremos las mejores opciones, las que funcionan y las que no lo hacen.
A mi me gusta llamar a los pedagogos, los reflexivos, porque las funciones principales del pedagogo/a son observar dificultades, contradicciones, carencias, necesidades y poner medios para intervenir hacia la mejora.
Pero la intervención es muy amplia, puede intevenir en familias, en empresas, en centros educativos, en casos particulares, en dificultades de aprendizaje,...
Para ello tenemos que saber detectar, diagnosticar, no ser alarmistas, derivar a otros especialistas, tratar con las personas, ser expertos en el diálogo, en el manejo de emociones, en la resolución de conflictos, en creatividad para las propuestas innovadoras y en la coordinación de grupos.
Tenemos que saber adaptarnos a cada situación y a cada persona, ser empáticos (ponernos en lugar de otro) y asertivos (no perder nuestro propio lugar).
El pedagogo es un profesional de la educación en todos sus ámbitos (formación de empresas, de profesorado, centros educativos, evaluación de sistemas...)
EL PROBLEMA: En las ciencias sociales, en la educación, todos sabemos actuar, evaluar, tener criterios y pensamientos propios de forma innata. Eso hace que los medios que manejan los especialistas sean adsequibles y que todos puedan reflexionar, decidir, planificar, opinar...
Por ello, muchas personas desconfían y no valoran esta profesión pensando que nadie les tiene que decir cómo comportarse, qué hacen bien, qué puntos podrían mejorar...
Pero el verdadero problema no es ese, sino confundir la intención. El pedagogo no nos viene a decir qué hacemos bien o mal, ni decide por nosotros. Estos especialistas vienen a ayudarnos, orientarnos, para que entre todos mejoremos, busquemos soluciones y crezcamos (incluido ellos).
El ser humano no está preparado en ocasiones para tambalear sus sistema de ideales que le aportan seguridad, para el cambio continuo ni para el manejo de emociones propias y ajenas.
Volviendo a la analogía con un doctor. Todos sabemos ponernos tiritas si nos cortamos, pero si tenemos un problema mayor acudimos a un especialista que nos orientará tras un estudio en posibles tratamientos y a veces tarda en encontrar la solución. Y el tratamiento nos lo suministraremos nosotros mismos u otros especialistas (según la gravedad) y siempre que queramos (normalmente solemos acceder porque confiamos en la medicina).
Pues al igual podremos escuchar a un pedagogo y poner en marchar algunas pautas u orientaciones, pero siempre bajo nuestro criterio propio, creyendo realmente en sus orientaciones y buscándolas. Porque si no respetamos algo y creemos que nos servirá, no lo hará y pensaremos que no sirve de nada.
Este último, es un principio muy importante en la pedagogía, el interés, la búsqueda y la demanda. Si alguien no quiere aprender no lo hará.
Debemos entender bien la figura de este profesional, porque ya estamos lejos de aquel docente que transmitía y volcaba conocimiento, que nos dirigía por un camino único. Hemos llegado a la era de la incertidumbre, del cambio y de la constante transformación, por lo que debemos entender que estas personas no vienen a darnos soluciones mágicas ni a castigar nuestros comportamientos, sino a entender cada situación y a tendernos su mano para que entre todos podamos vivir mejor y encontremos millones de caminos.

recorrer, al igual que en todo lo que rodea a la educación (docentes, sistemas educativos, familias, alumnado, contenidos...).
Esperemos que pronto no haya que explicar esta profesión y a la respuesta de yo soy pedagogo/a no nos pregunten ¿pedaqué? :)
OS DEJO UN PAR DE VIDEOS BREVES Y QUE RESUMEN LO ESCRITO
lunes, 29 de abril de 2013
jueves, 14 de marzo de 2013
Adiós pañal
Tenía pendiente escribir en el blog sobre este tema :) y dada la fecha en la que estamos y que a muchos de vosotros/as os preocupa, vamos a ello.
Ya hay ríos de tinta digital sobre el tema, voy a intentar dar mi visión personal :)
Durante más de cuatro años estuve colaborando con familias en este gran momento evolutivo y cambiando a muchos pequeños/as de arriba abajo.
Os puedo asegurar que no hay dos controles de esfínteres iguales y que siempre que pensaba que unos controlarían genial y a otros les costaría, me equivocaba :D
A veces lo queremos anticipar demasiado, otras retrasarlo (por miedo, falta de tiempo...) y otras consultar mil guías que nos den la respuesta correcta.
Cada persona es un mundo, está muy bien que busquemos información, así podremos tomar buenas decisiones, pero las decisiones siempre las tomará uno mismo.
Los especialistas y los libros guían, orientan, pero el último criterio lo tiene cada persona y su situación. Donde más información debemos buscar es en vuestros hijos e hijas.
¿Están preparados?
¿Y eso cómo lo sé?

Se trata de cargar de naturalidad las situaciones, de no frustrarse cuando los niños y niñas comienzan a decir NO (es una etapa normal que tienen que pasar y el control de esfínter suele coincidir con la etapa famosa de las rabietas, el chupe, otro hermanito...).
Hay que comenzar poco a poco (y si podemos, no todo a la vez).
A veces no nos damos cuenta de que para lo que realmente no están preparados es para los cambios bruscos y porque sí. Nunca han oído hablar de un váter y sin más un día su familia le dice: ya eres mayor (un concepto que no va a entender mucho así a secas :D) y zasca, les quitan el pañal les ponen en un recipiente (orinal) mira qué bonito o en un adaptador (en el mejor de los casos) o en un frio váter con un gran agujero que quiere tragarle, y le dicen mira cómo sale agüita de la cadena (ruido espantoso, este bicho definitivamente va a comerme).
Entonces ¿qué hacemos? Pues adaptaros a vuestras circunstancias (qué bonita frase... ¡¡¡QUÉ QUIERE DECIR!!!!)
Primero ¿qué edad tienen?
No es lo mismo tomar la decisión con un año y medio, que el esfínter está recien preparado para que lo pongamos en marcha, a con 3 años que ya el esfínter está aburrido de esperar ¿Hay que preocuparse por la edad? No, cada niño/a tiene su ritmo. Pero...
Que tengan su ritmo no quiere decir que no tengamos que hacer nada, ni que a la primera digamos, es que el niño/a dice que no, entonces no está preparado. Una cosa es que dialoguemos con ellos, y otra muy distinta es que olvidemos su edad y tooodo lo que le rodea ¿realmente queréis quitárselo? ¿encontráis apoyo? ¿tenéis tiempo? ¿vuestro hijo/a está en la etapa del no?... Si vamos poquito a poco con paciencia y confianza, avanzamos :)
Vamos a pasar por algunos momentos como:
ANTICIPAR: A modo de juego se comienza desde pequeños a preguntarle y hacerle consciente del mundo relacionado con su higiene, la hora del baño y del cambio es un buen momento.
- Hablar de su pañal, si está seco o no, si han hecho pipí o caca.
- Dar protagonismo, que sean ellos quien lo digan (no lo dirá ni a la primera ni a la décima PACIENCIA).
- Si no lo dice pueden ir participando (pues tráeme el pañal que vamos a cambiarnos, qué más necesitamos: crema, toallitas...)
TOMA DE CONTACTO: Aun negando evidencias (pero tú te has hecho... NOOOOOOOOO), desde bien pequeñitos, podemos ponerles en contacto con el orinal o váter. Yo soy más de adaptadores para el váter, aunque sé que los hay muy malos, para mi los orinales son una subetapa que nos podemos saltar (pero estoy de acuerdo que dan mucho juego y todo lo que sea juego será esencial). Además de que están adaptados a su tamaño :). Y conozco bastantes experiencias que han ido bien con ambos. Así que, es una decisión personal :)
Hay que explicarles para qué sirve, pero no estar todo el día detrás de ellos con el orinal en mano, ni mostrando lo bien que lo hace mamá, papá, los hermanos... No está mal puntualmente, pero no hay que agobiar.
Si buscamos un momento del día como rutina, en que todos los días se explique de forma puntual, como un cuento, juego, veremos sus avances. Lo pueden hacer suyo, decorándolo (el váter u orinal), etc.
LLEGÓ EL MOMENTO;
Tenemos que estar preparados para lo que viene. LA DECISIÓN, el paso al calzoncillo y la braguita.
Podemos tener suerte y que haya pocos escapes o que tengamos que recoger unos pocos, aquí la paciencia es muy importante, porque es mejor un poco más tarde que volver atrás cuando hemos tomado la decisión (ya os digo que dependerá mucho de la situación, que tengo que ver de quién estamos hablando :), ya sabéis que no soy nada de recetas iguales para todos :) y que no pasa nada por volver, pero que tendremos que observar mucho qué está pasando. Muchas veces es cuestión de que nos mentalicemos de que vamos a tener que tener mucha calma y delicadeza con sus escapes, que se mojará o se pondrá de caca perdido, pero ante todo:
- NO ENFADARSE CON LOS ESCAPES;
- NO COMPARAR;
- Y AYUDARNOS DE LOS TRUCOS:
Los trucos son LA OBSERVACIÓN de cuándo suele hacer pipi o caca. Al principio hay tener en casa tiempo para que cada 10 a 60 minutos (dependerá de la frecuencia de pipís, agua que tomen, edad...) juguemos a VAMOS A HACER PIPÍ :)
Todo lo obligado suele ser rechazado por ellos, así que hay que jugar e inventar para que lo sientan como algo divertido. Aquí la imaginación es importante (cuando nos pasemos por el váter y terminemos de hacer pipi, vamos a coger un pedacito de papel y dibujamos algo en él.
Ellos se ilusionan con pequeñas cosas (no hace falta que le prometamos cosas materiales, con nuestros abrazos y besos se sentirán mucho mejor :)
Las caras o posiciones sospechosas, que indican claramente lo que va a suceder, a veces los cogemos a tiempo y como resultado tenemos que lo hacen en el váter, otras producen estreñimiento, porque les cortamos un poco o porque la presión que siente les hace estar contenidos todo el tiempo.

Es un hito importante, que conseguirán con naturalidad, juego, paciencia, sobre todo poniéndonos en su lugar. No os agobiéis, porque las sensaciones se trasmiten fácilmente y generan mucha ansiedad, rechazo, frustración (en ellos y en vosotros).
Podría hablaros de muchas anécdotas de este tema, situaciones en la que veriais claramente que la orientación que sirve a un niño/a y su familia, no sirve a otras. Es algo que comprobáis vosotros/as mismos cuando tenéis varios hijos/as. Por eso, podéis contarnos vuestro caso y os intentaré ayudar en la medida de lo posible, porque esas historias compartidas son las que nos hacer crecer como personas, comprobando que los caminos los contruimos entre todos. Espero que os haya servido de algo la nuestra.
Os dejo algunos enlaces
De las maravillosas:
SOMOS MÚLTIPLES
MI MAMÁ ES PSICÓLOGA
ALGUNOS VIDEOS DIVERTIDOS:
EN JAPONéS :D Y UN VIDEO DE CHARHADAS TV QUE RESUME LO QUE HEMOS DICHO.
LA MAMÁ DE NICO NOS DEJA ESTA CANCIÓN ;)
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